jueves, 19 de febrero de 2009

La señal (Señalética)


La señal

La señal es un signo elemental destinado a provocar una acción condicionada, un reflejo inmediato (por ejemplo, la acción de frenar) provocado por unos signos (semáforo rojo). El receptor actúa a nivel de reflejo y no de reflexión.
Señal designa a un signo que comunica un aviso, sea para indicar un objeto, una acción, o bien para prohibir el acceso a un lugar no permitido, así como alertar al individuo a cerca de una situación peligrosa.
La señal tiene como objetivo esencial actuar como elemento funcional dentro del proceso de comunicación, que junto con otros signos ayudan a determinar el buen entendimiento y la acción comunicativa eficaz entre los integrantes de una sociedad. En segundo lugar, la señal sirve de guía para orientar al individuo en su entorno al actuar como elemento regulador de actitudes y acciones, más que proporcionar información acerca de un personaje o las características de un objeto tal como lo hacen el símbolo y el ícono, la señal indica y orienta al usuario acerca de la ubicación del personaje u objeto.
En ocasiones la señal utiliza la combinación de pictograma, leyenda y/o elemento direccional con la intención de transmitir un mensaje que motive al receptor a realizar determinada acción.
La señal condiciona y coordina las acciones de los usuarios al desempeñar funciones de orientación, indicación, prohibición e información direccional, con lo que propicia la fácil circulación y el mejor comportamiento de los individuos dentro de un área específica.
La señal se define como todo elemento que se origina de modo exclusivo para la transmisión de mensajes, aunque el símbolo, el índice y el ícono, como cualquier otro tipo de signo, también presentan la característica de ser transmisores de mensajes y no solo la señal como tal. La señal es la única que presenta la función apelativa, es decir, su significante es irrevocable, donde el observador debe cumplir lo significado por la señal.

Señales de acuerdo a la función que realizan:

  • Señales de prohibición. Limitan o impiden alguna acción, como la circulación en determinado lugar, ejemplo: “Prohibido estacionarse”, “No cruzar”.
  • Señales de advertencia. Previenen a las personas contra posibles peligros e indican algún riesgo. “Peligro”.
  • Señales de mandato. Señalamientos imperativos que no permiten ninguna disyuntiva a los transeúntes. “ceda el paso”, “Circulación en un solo sentido”.
  • Señales de indicación. Proporcionan todo tipo de información direccional mediante flechas indicadores, pictogramas y letreros. “A la derecha”, “Peatones a su izquierda”, “Fin de carretera”.

Señalamientos de tipo peatonal:

  • Direccionales. Son aquellos signos que marcan una dirección o ruta y en general son flechas. Se colocan en los puntos donde el visitante debe elegir un camino.
  • Indicativos. Se utilizan para señalar lugares o cosas. Por lo común se encuentran al principio o al final de una ruta, en oficinas, gabinetes o salas de espera, y pueden ser pictogramas o textos.
  • Informativos. Brindan una información específica y detallada sobre cualquier asunto, como horarios, instrucciones especiales, y otras, por lo general, son textos. Aquí se encuentran los directorios.
  • Prohibitivos. Diseñados para zonas de peligro y prohibición; se puede decir que son una variante de los informativos, sólo que reflejan mayor dosis de coerción, ejemplo: “Peligro”, acompañándose con un pictograma o símbolo y apoyado con un texto directo de advertencia.
Señales de tráfico en jerarquías de orden imperativo:
  • De prohibición absoluta. Como las de circulación unidireccional, de alto y de “No estacionarse”.
  • De prohibición restrictiva. Sólo permiten el tráfico de medios de transporte público.
  • De prohibición ilustrativa. Donde se indica, ejemplo, girar a la izquierda, o la velocidad máxima permitida.
  • Señales instructivas. De cruce inmediato, de curva cerrada.
  • Señales informativas. Ejemplo, la presencia de un estacionamiento próximo, de distancias o indicadoras de dirección.

Características de la señal

  • Inequívoca e instantánea.
  • Universal.
  • Su lenguaje es monosémico, no discursivo, y evita toda retórica visual.
  • Integrada al espacio-ambiente.
  • Máxima información con mínimos elementos.
  • Mínimo esfuerzo de localización y comprensión por parte del receptor.
  • El código de lectura es conocido de modo parcial.
  • Se supedita a las características del entorno.

Bibliografía

María del Rocío Sánchez Avillaneda, Señalética, conceptos y fundamentos: Una aplicación en las bibliotecas, editorial Alfagrama, Argentina, 2006, 185 páginas. 

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